LA LEY DE SALAZAR (1)

 

En 1993, los miembros de Gorguts, una banda canadiense poco conocida por entonces, comenzaron a componer el que iba a ser su tercer álbum, "Obscura". Durante las primeras sesiones, hicieron algo muy poco habitual: decidieron huir de los fundamentos compositivos y técnicas tradicionales comunes al estilo a la hora de comenzar a escribir música para su nueva obra.

Gorguts, "Obscura" (1998)

 Como establece Druj en el Corpus Mutatio: "Cada estilo musical posee una forma en su origen, dominada por uno o varios símbolos primarios que hacen identificable a ese estilo; elementos esenciales que al mutar y cambiar dan lugar a una metamorfosis que finaliza en el nacimiento de un nuevo estilo definido por sus nuevos y propios símbolos primarios." (Corpus Mutatio, cap. 1 "Ese feroz aullido siempre nos ha acompañado").

Así pues, Gorguts decidieron prescindir de dos elementos básicos en el metal extremo, de tal modo que no existía un grupo que no usara alguno de ellos de forma continua en sus discos: el trémolo o los power chords, entre otros. Para un grupo de metal extremo, autolimitarse de esa manera suponía tener que idear un tipo de riffs y patrones rítmicos que se alejaran de la estética predominante en el Death Metal. Los riffs e ideas musicales que surgieron eran de una originalidad pocas veces vista. Pero lo más importante era que su uso no suponía una excepción o un adorno puntual durante alguna de las canciones del álbum, sino que eran la base de todas y cada una de las nuevas composiciones. El oyente se enfrentaba por tanto a

"una música alienígena, extraordinariamente exigente con el oyente medio, ya que los fundamentos y símbolos primarios sobre los que se basaba el estilo habían desaparecido, abriéndose una grieta a través de la cual se vislumbraban ignotos territorios, regiones inexploradas." (Metallorum mutatio: Corpus theoreticum, cap. 2 "Pseudomorfosis históricas", Relgneps Razalas)

La composición de "Obscura" de Gorguts se podría considerar como uno de esos interesantes momentos en la historia de la música y de las artes donde se da una revolución estilística; entramos en una zona híbrida, esa fascinante región donde un estilo se convierte en otro. 

Según el Corpus Mutatio: "La Ley de Salazar permite analizar las zonas de transición en las que un estilo muta para resurgir con una estética renovada, de forma que podamos entender las implicaciones de este cambio. Se basa en lo excepcional como elemento de desarrollo, en tomar la excepción como la regla. " (Cap. 2, “Hacia la ignota Kadath”)

Adolfo Salazar

Es así que este fenómeno se ha dado en múltiples ocasiones a lo largo de la historia de la música y es aplicable al resto de las artes. Relgneps Razalas expone algunos ejemplos en el Liber Semitarum:

"La Ley de Salazar se cumplió en la transición de la música monódica a la polifónica en la Europa de la alta Edad Media, en el nacimiento de la ópera alrededor del 1600, o en el surgimiento de la música atonal a comienzos del S. XX. En todos esos casos, los elementos compositivos que se utilizan de forma excepcional sufren un proceso de intensificación, dándose una exageración de esos rasgos que tendrá como consecuencia lógica que se produzca un desplazamiento del eje de perspectiva." (Liber Semitarum, cap. 4, "Las etapas de la música occidental").

Así, se dará un cambio de equilibrio entre los elementos compositivos tradicionales, siendo lo excepcional la base de la composición. Aunque partamos de la base anterior, esto nos conduce a un mundo sonoro enteramente nuevo (Salazar, "Conceptos fundamentales en la historia de la música", 2004:210). 

“Hay muchos caminos que

conducen al corazón del Metal...

ninguno para salir.”

Inat-se-Ragen, Metallicum Proverbia (versículo 12)